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Instituto de Ingeniería Matemática y Computacional

Facultad de Matemáticas - Escuela de Ingeniería

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El programa, cuya postulación para 2023 estará abierta hasta el 14 de diciembre, apunta a la formación avanzada de estudiantes en el desarrollo e implementación de herramientas computacionales basadas en la modelación matemática de punta. Federico Fuentes, académico del Instituto de Ingeniería Matemática y Computacional, destaca la alta demanda laboral que hoy existe por profesionales con este perfil.

 

A mediados de este año, el Instituto de Ingeniería Matemática y Computacional (IMC) comenzó a dictar por primera vez el Magíster en Ingeniería Matemática y Computacional. El programa atiende a la necesidad de contar con un mayor volumen de profesionales especializados en esta área, y también a la misión del IMC de desarrollar formación interdisciplinaria de vanguardia en matemática aplicada y teoría de la computación que produzca cambios científicos, tecnológicos, y sociales concretos. Por ese motivo, el magíster busca aportar en la formación avanzada de estudiantes nacionales y extranjeros, con el fin de que adquieran conocimientos sólidos en los fundamentos matemáticos y su aplicación a problemas diversos a través del modelamiento y análisis matemático.

Hoy ya se encuentra abierto el proceso de postulación para la admisión del primer semestre del 2023, el cual finalizará el próximo 14 de diciembre y busca atraer a estudiantes interesados en una disciplina que se destaca por establecer puentes entre distintas áreas y crear métodos más robustos para soluciones a problemas complejos, en vinculación con la sociedad y la industria. Federico Fuentes, doctor en ciencias computacionales, ingeniería y matemáticas de la U. de Texas en Austin (EE.UU.) y académico del IMC, explica el amplio potencial que ha demostrado tener la ingeniería matemática.

“Lo que acá se conoce como ingeniería matemática alude más bien a matemáticas aplicadas en problemas de ingeniería. Abarca, por ejemplo, todo lo que corresponde a cómo describir fenómenos físicos usando ecuaciones matemáticas de tal manera que, una vez que se tiene un modelo adecuado, se puedan hacer predicciones sobre ellos. Hacer pronósticos sobre lo que puede suceder es, obviamente, un aspecto fundamental para resolver problemas no sólo en ingeniería, sino que también en ciencia en general. Es, por ejemplo, lo que ocurre en todo lo relacionado con el estudio del clima”, indica el académico, cuya especialidad abarca áreas como el análisis numérico y la dinámica de fluidos.

Tal como indica Federico Fuentes, los modelos desarrollados por profesionales formados en ingeniería matemática y computacional hoy se aplican en una amplia gama de disciplinas. Entre ellas, se puede mencionar el procesamiento de los enormes volúmenes de datos generados por el estudio de lejanas y enormes galaxias, el mapeo de genes y la interpretación de datos biológicos a través de la bioinformática. De hecho, en un país como Inglaterra quienes se han graduado como ingenieros matemáticos han hecho carrera en áreas tan diversas como el diseño de autos para la Fórmula Uno y robots de última generación.

 

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 Federico Fuentes.

El académico agrega que, precisamente, el carácter interdisciplinario es uno de los rasgos esenciales de las matemáticas aplicadas, ya que conectan varias áreas que a veces tradicionalmente permanecen separadas. “Pero incluso podrían ser consideradas como una disciplina por sí sola que combina elementos de distintas áreas, como física con matemáticas o biología con matemáticas. Si hay algún lazo en común, es traducir un problema al lenguaje matemático y estudiarlo desde las matemáticas”.

Uno de los rasgos distintivos del Magíster en Ingeniería Matemática y Computacional es su carácter de investigación. Al postular, los candidatos ya deben haber contactado a alguno de los profesores del magíster -entre los que se cuentan expertos en astrofísica, gestión de operaciones, teoría de bases de datos y computación científica, entre otras áreas- y tener un respaldo de uno de esos académicos para desarrollar un tema que sea de su interés. Ya en el primer semestre, los estudiantes tienen un curso de seminario de investigación, donde exploran qué significa hacer un trabajo de este tipo para luego empezar en el segundo semestre con el proceso de identificar -con el apoyo de su profesor- los problemas asociados a su propia investigación y plantear una hoja de ruta para abordarlos.

Por ejemplo, en la primera generación del Magíster el estudiante Pablo Rademacher ya está desarrollando junto al profesor Carlos Sing Long (IMC) un proyecto relacionado con problemas inversos y análisis numérico. También se puede mencionar el caso de Juan Caracci, quien trabaja con el académico José Verschae (IMC) en una investigación ligada a la intersección entre optimización e inteligencia artificial.

“Existe mucha demanda laboral por las habilidades que se desarrollan con este magíster. Actualmente, se necesitan muchos ingenieros precisamente con estas capacidades de pensamiento crítico, de abstracción, de encontrar patrones. Ese es el tipo de talentos que se están generando a través de un magíster de este estilo, en donde los estudiantes tienen que aprender, precisamente, a razonar sobre lo que está pasando, generar un modelo y al final solucionar el problema que están intentando modelar”, comenta Federico Fuentes. El atractivo que generan estas aptitudes en el mercado se puede apreciar en diversas áreas: “Hoy está muy activo todo lo referido a la ciencia de datos, pero en realidad estas habilidades van mucho más allá de su aplicación en ese campo. De hecho, en Estados Unidos, el tipo de contenido que tiene este magíster es el que están pidiendo prácticamente en todo el sector tecnológico”, agrega.

Un paso previo al doctorado

El enfoque de investigación del magíster apunta a nutrir la capacidad de los estudiantes de desarrollar investigación en contextos interdisciplinarios y de proponer e implementar soluciones innovadoras a problemas complejos en las múltiples áreas donde hoy se utiliza la ingeniería matemática y computacional. Por ejemplo, está el sector público donde se presentan problemas logísticos en la planificación de rutas de transporte o la gestión de turnos médicos en la salud. En tanto, en el área privada están los bancos y todas las aplicaciones del mundo financiero en general.

Pero más allá del campo ocupacional que se abre a los estudiantes del Magíster en Ingeniería Matemática y Computacional -que también abarca a centros de investigación en campos como la Física y la Astronomía-, este programa también puede cumplir otro objetivo. “Hay gente que quizá quiera estudiar algún doctorado y este magíster puede servirle de trampolín para llegar a ese postgrado. Contar con un magíster de investigación que genera una publicación es una herramienta muy útil a la hora de postular a un doctorado en la misma Universidad Católica o incluso fuera de Chile”, comenta Federico Fuentes.

Desde ese punto de vista, se espera que el programa logre captar cada vez más el interés no sólo de estudiantes en Chile, sino que también en el resto de Latinoamérica. “Diría que en la región no hay otro magíster que se le parezca, ya que es bastante ambicioso. Cubre bastante territorio y eso es bueno, tanto si a uno le interesa solamente aprender como también para prepararse para un eventual doctorado o para tener más herramientas para solucionar problemas en un ámbito más laboral”, indica Fuentes.

De hecho, al tener un carácter de investigación desde su origen se facilita que los estudiantes tengan un aliciente ligado directamente con su proyecto a la hora de elegir los cursos optativos que ofrece el programa, y que abarcan las siguientes áreas: algoritmos, combinatoria y optimización; cómputo científico y análisis numérico; aprendizaje estadístico y ciencia de datos; y razonamiento matemático.

“Al ser uno de los únicos programas en Latinoamérica con este tipo de contenido, puede resultar atractivo tanto para ingenieros que están más inclinados a la parte teórica y al mismo tiempo, para matemáticos que quieren hacer cosas más prácticas. Por eso creo que se va a producir un aumento en el número de estudiantes provenientes de otros países que van a venir a cursar este magíster”, señala Federico Fuentes. En ese sentido, el académico recalca que Chile es un muy “buen lugar para dar el paso hacia un doctorado, porque es uno de los mejores si no el mejor país para hacer investigación en Latinoamérica, entonces los profesores están mejor conectados en el mundo de la investigación y eso facilita que los alumnos den el salto”.


Más información sobre el Magíster en Ingeniería Matemática y Computacional, requisitos y el proceso de postulación que durará hasta el 14 de diciembre en el siguiente enlace: https://imc.uc.cl/estudiantes/estudiantes-de-postgrado/magister.