Equipo conformado por tres estudiantes de cuarto año de la carrera, más una alumna de Psicología UC, se impuso gracias a su propuesta llamada “Moverlas”. Se trata de una potencial start-up que ofrece una visión integral para atraer a más mujeres al mundo de la movilidad, generando innovación y brindando oportunidades concretas de aprendizaje y participación para avanzar hacia entornos más diversos, sostenibles y transformadores.
Más de 40 alumnas de la Pontificia Universidad Católica de Chile participaron en el primer desafío del programa Inchcape Women Challenge, una iniciativa impulsada por Inchcape -principal distribuidor automotriz de la región-, el Centro de Innovación UC Anacleto Angelini y la Escuela de Diseño UC. A través de mentorías, talleres y espacios de co-creación, las participantes desarrollaron propuestas concretas para atraer nuevo talento al sector automotor, abordando los desafíos de una industria en transformación que busca ser más inclusiva, diversa e innovadora.
El desafío se desarrolló en tres sesiones —19 y 26 de mayo, y 2 de junio— en las que participaron 10 equipos compuestos exclusivamente por mujeres, seleccionadas entre más de 100 postulaciones. Cada grupo fue asesorado con mentorías desarrolladas por la empresa automotriz y guiadas por la académica Paula Wuth, profesora de la Escuela de Diseño UC y Directora de Experiencia y Estrategia en New Future.
Cinco equipos avanzaron a la etapa final, donde presentaron sus ideas ante un jurado interdisciplinario compuesto por representantes de Inchcape, el Centro de Innovación UC y la Escuela de Diseño UC. El primer lugar correspondió al proyecto “Moverlas” -desarrollado por un equipo conformado por alumnas de la Licenciatura en Ingeniería en Ciencia de Datos y una estudiante de Psicología-, mientras que el segundo y tercer puesto recayeron en las iniciativas “Encendiendo el motor del futuro” y “Kilómetro Cero”, respectivamente. Según los organizadores, todos los grupos destacaron por su creatividad, profundidad en el análisis y propuestas viables para enfrentar un gran desafío: atraer a más mujeres al mundo de la movilidad, generando innovación y brindando oportunidades concretas de aprendizaje y participación para avanzar hacia entornos más diversos, sostenibles y transformadores.
Al respecto, Marcela Mora, Subdirectora de Comunicaciones de la Escuela de Diseño UC comentó que las “propuestas nos sorprendieron por su profundidad conceptual, viabilidad y visión transformadora. Es fundamental abrir más espacios para que las mujeres diseñen e implementen soluciones en una industria que aún presenta brechas de género. Este tipo de instancias demuestran el valor de la diversidad para generar innovación real”.
El equipo impulsor de “Moverlas” está compuesto por Amalia Fritz, Isidora Guíñez, Isidora Molina -todas estudiantes de cuarto año de la Licenciatura- y Ananda Navarro, alumna de cuarto año de Psicología. “Siempre habíamos querido participar en alguna especie de desafío y teníamos varias ideas, pero nunca las habíamos concretado. Ahora se dio esta oportunidad, porque justo era una instancia donde no se necesitaba tener algo ya listo”, cuenta Isidora Guíñez.
Amalia Fritz, Isidora Guíñez, Isidora Molina y Ananda Navarro. (Crédito: Centro de Innovación UC)
“Moverlas” fue planteada como una eventual start-up que consta de tres pilares y que usó a Inchcape como un teórico caso piloto. La primera arista, explica Amalia Fritz, consiste un diagnóstico de inclusión y certificación de género: “Esa es la parte principal donde usamos ciencia de datos, porque hacemos un análisis estadístico bastante avanzado, donde vemos cómo van avanzando o escalando las mujeres en la empresa, su índice de éxito y si han permanecido o se han ido, entre otros índices”.
Además, el equipo propuso “Empresa que mueve mujeres”, una certificación que evalúa rigurosamente la presencia femenina en cargos de liderazgo, la equidad interna y las políticas culturales de inclusión en las organizaciones, basándose en el prestigioso ranking IMAD (Mujeres en Alta Dirección), el cual evalúa la participación femenina en la alta dirección de 136 empresas clave en Chile. La idea, agrega Amalia Fritz, es que el sello represente un compromiso verificable con la inclusión, la prevención del acoso, la reducción de brechas salariales y el fomento del liderazgo femenino. Eventualmente, las empresas podrían participar en un ranking anual voluntario que visibilice su rol como agentes de cambio social.
El segundo componente de “Moverlas” es la creación de una alianza entre Inchcape y alumnas de la UC para establecer una red de mentorías. El objetivo era que esas interacciones no sólo entregaran orientación y conocimientos prácticos, sino que también fortalecieran el rol de las mujeres en un rubro históricamente masculinizado como el automotriz.
“En las mentorías, planteamos usar inteligencia artificial para hacer ‘match’ entre la alumna, según sus gustos y habilidades, y una mentora, con el fin de que ella fuera la mejor opción para esa estudiante”, indica Isidora Guíñez. El tercer y último componente de “Moverlas” es la generación de una comunidad dentro de la empresa, a través de actividades como “Café que mueve”, un desayuno bimensual de una hora donde mujeres comparten experiencias y cierran el ciclo de mentorías con las estudiantes UC, consolidando una red intergeneracional. “Durante el desafío nos dimos cuenta de que había cerca de 20 trabajadoras de la empresa que usamos como piloto y muchas ni siquiera se conocían entre sí. Para nosotros también era importante generar comunidad en la empresa, con el fin de fortalecer el vínculo entre las mujeres”, agrega Isidora.
El equipo durante la presentación del proyecto "Moverlas". (Crédito: Centro de Innovación)
Al obtener el primer lugar, el equipo de “Moverlas” recibió una invitación exclusiva al lanzamiento de una marca automotriz, una pasantía en Inchcape, un iPad para cada integrante y un automóvil ‘test drive’ por algunos días. Sin embargo, las estudiantes señalan que la mejor recompensa es saber que su proyecto quizás podría llegar a convertirse en una realidad. “Aunque Inchcape fue el proyecto piloto, nuestra visión es poder implementar ‘Moverlas’ en cualquier empresa mayoritariamente masculina”, señala Amalia Fritz. Al respecto, Isidora Guíñez agrega que su propuesta es “muy escalable y aplicable en todo tipo de empresa”. De hecho, ambas estudiantes comentan que los jurados les señalaron que el proyecto es muy factible de ser desarrollado a futuro.
Ambas califican como muy positiva la experiencia de participar en el primer desafío del Inchcape Women Challenge. “Siento que venir del mundo de la ciencia de datos, nos da un plus, otro punto de vista de las cosas. Al compararnos con los demás grupos, sentimos que nuestra mente funciona de manera distinta. Nosotras nos enfocábamos en los datos y qué decían, para tomar decisiones basadas en hechos y no en suposiciones”, afirma Isidora Guíñez. Al respecto, Amalia añade que esa forma de abordar el proyecto se notó en las presentaciones que cada grupo realizó en la jornada final del desafío: “Teníamos muy claro cómo queríamos ejecutar la propuesta”.