La "hackatón" se desarrolló el 30 y 31 de mayo y su objetivo fue crear, usar o combinar sets de datos relevantes para nutrir y/o desarrollar soluciones basadas en inteligencia artificial que contribuyan a descontaminar Santiago y alcanzar el objetivo de que la ciudad sea cero carbono y sin contaminación al 2050. El grupo de Alonso Tamayo obtuvo un premio de US$15 mil gracias a su propuesta de una plataforma capaz de predecir la ocurrencia de aluviones.
“Hackear” la contaminación en Santiago. Esa fue la invitación que extendieron el laboratorio Ciudad Emergente y la empresa Google a través de HackLab-iA, una iniciativa que se desarrolló el pasado 30 y 31 de mayo y que convocó a estudiantes, profesionales y personas apasionadas por la innovación, la tecnología y la acción climática a una innovadora jornada de programación. La idea era crear, usar o combinar sets de datos relevantes para nutrir y/o desarrollar soluciones basadas en inteligencia artificial que contribuyan a descontaminar Santiago y alcanzar el objetivo de que la ciudad sea cero carbono y sin contaminación al 2050.
En esta “hackatón”, los participantes trabajaron en cerca de 30 equipos interdisciplinarios que colaboraron con expertos del sector para desarrollar propuestas concretas con potencial de generar un impacto real en Santiago. La finalidad de cada grupo fue desarrollar un prototipo como solución al problema planteado, proceso en el que tuvieron apoyo de mentores expertos en áreas como programación, inteligencia artificial, sostenibilidad, diseño y más.
Luego, un jurado seleccionó a los tres equipos con mejores puntajes. El grupo que obtuvo el segundo lugar y un premio de US$ 15 mil dólares estuvo integrado por Alonso Tamayo, graduado de la Licenciatura en Ingeniería en Ciencia de Datos -carrera a cargo del Instituto en Ingeniería Matemática y Computacional- y actual estudiante de Ingeniería Civil Matemática y Computacional en la UC. Junto a él, participaron Constanza Miranda (Inacap, Ingeniería en Automatización y Robótica); Andrea Arias (USACH, Ingeniería civil en obras civiles) y Vicente Astudillo (USACH, Ingeniería civil ambiental).
Alonso Tamayo (segundo desde la izquierda) junto al resto del equipo que obtuvo el segundo lugar en HackLab-iA
Su propuesta se llama Fluvia, una plataforma capaz de predecir la ocurrencia de aluviones en zonas urbanas. “La idea de esta solución es resumir toda la información que existe, a través de mapas interactivos de zonas de riesgo y la generación de alertas tempranas, y eventualmente ofrecérsela a municipios o empresas como las del ámbito minero para que puedan tomar medidas de prevención en base a lo que se muestra”, explica Alonso Tamayo. El diseño concebido por el grupo considera el análisis de lluvias, suelo, vegetación y tipo de pendientes, además del procesamiento de datos en tiempo real y la generación de mapas de calor con zonas críticas.
Entre los riesgos que podría detectar Fluvia gracias al uso de drones y robots terrestres está, por ejemplo, la potencial licuefacción de suelos que bajo ciertas condiciones podrían colapsar como si fueran gelatina. Aunque un sistema centrado en la predicción de aluviones pareciera no estar alineado con la temática de la “hackatón”, el estudiante señala que sí encaja a la perfección. “Hay varios factores involucrados. De partida los aluviones son capaces de arrasar muchos árboles, que básicamente operan como controles para reducir las emisiones. Luego está la fase de reconstrucción posterior al desastre, donde interviene maquinaria pesada que contamina mucho. De hecho, se calcula que una intervención de este tipo, entre el uso de equipos y la elaboración de concreto para volver a levantar lo destruido, libera unas 95 toneladas de CO2 a la atmósfera. Todo eso va alterando y dañando la capacidad del ambiente de mantener a raya las emisiones”, explica Alonso Tamayo.
El premio en dinero no fue lo único que obtuvo el grupo en el que participó el estudiante y los que consiguieron el primer y tercer lugar. Todos ellos recibirán mentorías de expertos de Google, porque la idea es llegar a implementar las distintas soluciones que fueron propuestas. “Nosotros tenemos que decidir si queremos o no continuar con los proyectos, pero vamos a tener tutorías sobre cómo invertir el dinero que ganamos y cómo sacar adelante nuestra solución. También nos van a guiar en la postulación a Google for Startups Accelerator, una plataforma que sirve para impulsar estos proyectos”, indica Alonso Tamayo. Entre los jurados de la “hackatón” estuvieron Alejandra Wood, directora de Codelco; Marcelo Mena, ex ministro de Medio Ambiente y CEO de Global Methane Hub; Ricardo Hurtubia, Investigador del Centro de desarrollo sustentable UC (CEDEUS); Paola Tapia, directora de Transporte Público Metropolitano (DTPM) y Sebastián Cifuentes, Teach Lead del Centro Nacional de Inteligencia Artificial (CENIA), lo que según el estudiante hace que los proyectos premiados tengan opciones reales de convertirse en realidad.
El equipo durante una de las sesiones de trabajo de la "hackatón".
Alonso Tamayo señala que ser parte de instancias como HackLab-iA es increíble y asegura que recomendaría plenamente la experiencia: “Podían participar proyectos que ya estuvieran avanzados y otros que recién estaban empezando. Nuestro mayor miedo surgió porque llegaron equipos con prototipos enormes y complejos que se veían muy profesionales y nosotros sólo teníamos una idea. Pero a veces ocurren sorpresas como la que se dio en la ‘hackatón’, lo cual es muy reconfortante”.
Además, el estudiante agrega que fue un escenario ideal para poner en práctica sus conocimientos como graduado de la Licenciatura en Ingeniería en Ciencia de Datos. “En mi grupo, fui el que pudo aportar una visión más realista de la inteligencia artificial. Me he dado cuenta de que la gente que no ha tenido la oportunidad de adentrarse en este mundo, como sí lo permite la licenciatura, tiende a idealizar la inteligencia artificial. Pero como ya pasé por varios proyectos y todos los ramos, tengo una visión super concreta de lo que es realmente, por lo que pude aterrizar todas las ideas que teníamos. Eso ayudó a que el jurado nos evaluara positivamente”, explica.