El listado, dado a conocer recientemente, considera más de 100 universidades. La UC debuta en el rango 51-100, un logro que según explican diversos académicos se debe a que la UC reconoce a la ciencia de datos y la IA como pilares estratégicos para abordar desafíos globales y locales. Una visión que se refleja de manera transversal en sus investigaciones y programas de pre y postgrado, además de diversas iniciativas interdisciplinarias.
En 1990, Nunzio Quacquarelli tuvo una idea: crear una firma de analítica dedicada al ámbito universitario. ¿Su objetivo inicial? Entregar información y guía a quienes deseaban estudiar fuera de sus países de origen. Ese plan derivó en la creación de la empresa Quacquarelli Symonds, que en 2004 lanzó QS World University Rankings, un listado que se ha convertido en un referente esencial para clasificar a las mejores universidades del mundo según parámetros como reputación de los académicos, empleabilidad y sustentabilidad.
La versión 2025 del listado, dada a conocer el año pasado y que analizó 5.663 universidades de 106 países, marcó un hito para la UC ya que se ubicó en el lugar 93 del mundo. La medición mostró un “gran salto” en el posicionamiento internacional del plantel, con un ascenso de 10 posiciones respecto del lugar que ocupó el año anterior (103).
Sin embargo, ese avance no fue el único gran éxito para la UC. Además de su evaluación general, Quacquarelli Symonds también elabora un ranking por disciplinas, el cual cubre 55 temáticas específicas repartidas en las áreas de artes y humanidades; ingeniería y tecnología; ciencias de la vida y medicina; ciencias naturales; y ciencias sociales y gestión. De acuerdo con Quacquarelli Symonds, en ingeniería y tecnología fue donde se produjo una de las grandes sorpresas de la edición 2025 de este listado: en un hecho inédito, el área de ciencia de datos e inteligencia superó el centenar de instituciones catalogadas.
En este nuevo ranking, dado a conocer recientemente, la UC aparece por primera vez y lo hace en el rango 51-100. De hecho, es sólo una de tres casas de estudios superiores sudamericanas consideradas en la clasificación, junto a las universidades de Buenos Aires (Argentina) y la de São Paulo (Brasil). Según Quacquarelli Symonds, estos resultados van de la mano con análisis internos que muestran que la IA y la ciencia de datos se están volviendo cada vez más importantes para potenciales estudiantes y empleadores: “Al ser una de las áreas de innovación más apasionantes dentro del sector tecnológico, todos estos programas ofrecen posibilidades profesionales fascinantes”.
Paula Aguirre, doctora en astrofísica y académica del Instituto de Ingeniería Matemática y Computacional (IMC), ha sido testigo del impulso que le ha dado la UC a la ciencia de datos y la inteligencia artificial. No sólo fue la primera jefa de programa de la Licenciatura en Ingeniería en Ciencia de Datos, carrera que abrió en 2021 y hoy supera los 300 estudiantes, sino que recientemente fue nombrada por el rector de la UC para liderar la “Iniciativa de Innovación Digital, Datos y Tecnología”, la cual a futuro se convertirá en una nueva Vicerrectoría de la UC. El estamento apunta a integrar plenamente la inteligencia artificial, la ciencia de datos y la transformación digital en la formación, investigación y la gestión de la Universidad Católica.
La Licenciatura en Ingeniería en Ciencia de Datos recibió a sus primeros estudiantes en 2021.
“Desde la UC, se ha dado una gran relevancia al desarrollo de la ciencia de datos y de la IA en todos los ámbitos del quehacer universitario. En primer lugar, se han creado programas pioneros y especializados de formación de pre y postgrado como la Licenciatura en Ingeniería en Ciencia de Datos, el Magíster en Ciencia de Datos y el Magíster en Inteligencia Artificial, además de varios diplomados”, señala. En cuanto a investigación, agrega, la UC ha liderado a través de académicos de distintas facultades el “desarrollo de investigación asociativa en ciencia de datos e IA, por ejemplo, en el Instituto Milenio Fundamentos de los Datos (IMFD), el Centro Nacional de Inteligencia Artificial (CENIA), el Instituto Milenio en Ingeniería e Inteligencia Artificial para la Salud (iHEALTH) y el núcleo Fair, entre otros”.
Considerando estos antecedentes, Paula Aguirre indica que los programas que hoy imparte la UC en estos ámbitos se destacan por tener un sello interdisciplinario, donde se combinan distintas aristas de la ciencia de datos y la IA: la matemática, la computación, la ética, el ámbito social y legal, entre otros. “Todo esto, dirigido además por investigadores de punta en cada área”, comenta la académica, quien además integra CENIA y el Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo (CIGIDEN).
Impulso transversal
Tal como señala la docente, el desarrollo de la ciencia de datos y la IA es transversal en la UC. Un ejemplo es la Facultad de Matemáticas, que lidera múltiples programas e iniciativas como DATA UC, unidad que presta servicios de asesoría y consultoría en actividades de asistencia técnica y de desarrollo de aplicaciones de ciencia de datos, las que se materializan en la construcción de modelos, desarrollo de software y aplicaciones estadísticas. A esta propuesta se suman los diplomados en Estadística y Data Science, que están a cargo de la Facultad y han formado a más de 1.500 profesionales.
Jorge González, doctor en ciencias y director de investigación y postgrado de la Facultad, afirma que hoy la UC reconoce la “ciencia de datos y la IA como pilares estratégicos para abordar desafíos globales y locales. Desde la Facultad, integramos estas disciplinas en dos dimensiones clave: formación e investigación. En pregrado, la carrera de estadística y la licenciatura en ingeniería en ciencia de datos combinan bases estadísticas sólidas que permiten acercarse a una exploración de aplicaciones prácticas en IA. A nivel de postgrado, la Facultad ofrece los programas de Magíster en Estadística, Magíster en Inteligencia Artificial y el Doctorado en Estadística”. Además, precisa el académico, ya existe un proyecto en desarrollo para un programa de Doctorado en IA en conjunto con la Universidad de Chile: “Un sello distintivo de nuestros programas es el rigor teórico matemático/estadístico, sin descuidar los aspectos éticos”.
Jorge González.
En el ámbito de la ciencia de datos y la IA, explica Luis Gutiérrez -director del Departamento de Estadística de la Facultad-, la UC se destaca precisamente por la formación con fundamentos matemáticos, estadísticos y de computación sólidos. Un perfil que, según comenta el docente, también se refleja en el éxito que han experimentado programas de educación continua como el Magíster en Ciencia de Datos, el cual se dicta 100% en línea a través de la plataforma internacional Coursera y hoy alberga más de 600 estudiantes de diversos países.
“El Departamento de Estadística imparte parte importante de los cursos mínimos tanto de ese programa como de la Licenciatura en Ingeniería en Ciencia de Datos. La ciencia de datos tiene sus bases en los modelos probabilísticos, los cuales necesitan aprender de los datos mediante la inferencia estadística. Nos distinguen los cursos de aprendizaje Bayesiano, los cuales son dictados por investigadores de nivel mundial, reconocidos por ejemplo por la International Society for Bayesian Analysis, sociedad que reúne a la comunidad global de Inferencia Bayesiana”, señala Luis Gutiérrez.
Marcelo Mendoza, profesor del Departamento de Ciencia de la Computación de la Escuela de Ingeniería (DCC) e investigador del IMFD y de CENIA, apunta hacia otro de los factores que permiten que la UC hoy sea un líder regional: “En investigación, nuestras publicaciones son de alto impacto y se reflejan en artículos en revistas de corriente principal y presentaciones en conferencias internacionales de mucho prestigio. Todas estas iniciativas en conjunto forman un ecosistema prolífico para el desarrollo de la inteligencia artificial y la ciencia de datos”.
Al servicio de la sociedad
El académico del DCC señala que en ciencia de datos es esencial la investigación interdisciplinaria, lo cual ha llevado a empujar iniciativas específicas que abordan desafíos en distintos ámbitos. “Cobran mucha relevancia en este sentido las investigaciones de impacto en áreas estratégicas del país, en la cual tenemos un rol preponderante. En transferencia tecnológica destacan iniciativas como NotCo, una empresa del rubro de los alimentos cuya inspiración en IA es clave y que tuvo su origen en la UC. También destacan otras iniciativas como Zippedi, líder en la aplicación de robótica al sector retail, o startups como Environ, que desde la IA abordan el diseño de fármacos”, señala.
La inteligencia artificial fue clave para el surgimiento de NotCo.
En este sentido, Paula Aguirre resalta el trabajo que se hace en los centros basales e institutos milenio con los que la universidad tiene nexos, como CENIA, iHEALTH y el IMFD. “Todos estos proyectos impactan en el desarrollo y la aplicación de la ciencia de datos e IA desde perspectivas distintas, pero muy complementarias entre sí. Por ejemplo, en CENIA se desarrolla investigación de base y teoría en varios ámbitos de la IA, pero además existe un importante área de transferencia para llevar estos nuevos conocimientos a proyectos concretos, por ejemplo en temas de seguridad, logística y productividad”, indica.
Paula Aguirre.
Además, la académica menciona que en iHEALTH se aborda la integración de la IA en medicina para mejorar la atención de salud, mientras que el IMFD ha liderado importantes iniciativas relacionadas con el uso e impacto de los datos en la sociedad y política. “Estos son sólo algunos ejemplos; el punto es que contamos con una plataforma de proyectos interdisciplinarios que en su conjunto aportan a una mejor comprensión de problemas complejos de la sociedad, como seguridad, salud, sustentabilidad y economía, avanzando en las soluciones junto a investigadores y profesionales de distintas universidades”, explica Paula Aguirre, quien agrega que estos centros también representan oportunidades de formación y especialización para los estudiantes.
El hecho de haber aparecido en la versión 2025 del ranking QS por disciplinas, indica Marcelo Mendoza, le da precisamente mayor visibilidad regional a todo este trabajo. “Mejora nuestro posicionamiento a nivel global y facilita la colaboración con centros de excelencia internacionales. Es un reconocimiento a la seriedad y dedicación con la que hacemos nuestro trabajo. También es un reconocimiento a los excelentes estudiantes que tenemos”.
Marcelo Mendoza.
Mirando hacia el futuro, Jorge González indica que la IA y la ciencia de datos representan una gran oportunidad para la universidad y para el país. “Sectores como la minería o la agroindustria podrían beneficiarse de procesos de automatización inteligente. La salud, el transporte y la energía también pueden beneficiarse para mejorar la toma de decisiones. Un desafío clave es lograr la colaboración academia-empresa-estado”, indica.
Al respecto, Luis Gutiérrez precisa que debido a que la ciencia de datos y la IA tienen sus bases en la matemática, estadística y la computación, el país puede ser competitivo a nivel mundial. “En dichas disciplinas no necesitas grandes y costosos laboratorios para hacer investigación de nivel mundial. Creo que Chile no sólo debe desarrollar la ciencia de datos y la IA, sino que también las disciplinas científicas que le proveen sus fundamentos”, afirma.
Luis Gutiérrez.
La académica Paula Aguirre agrega que, actualmente, uno de los temas más urgentes para el país y donde la ciencia de datos podría tener un gran impacto es en la educación, tanto a nivel escolar como universitario: “El rápido avance de la IA generativa, por ejemplo, puede transformar completamente los modelos actuales de enseñanza y aprendizaje, y para la universidad es fundamental liderar en esa revolución”.
Una opinión similar tiene Marcelo Mendoza, quien califica a la ciencia de datos y la IA como la mayor revolución tecnológica de lo que va del siglo XXI. “Chile aprovechará sus beneficios en la medida que logremos que estos avances plasmen a la sociedad en su conjunto. El rol de la educación en esto es clave. Si no lo hacemos bien, esta revolución tecnológica profundizará las diferencias socioeconómicas, sobre la base de un acceso dispar a la tecnología y un aumento en la brecha de alfabetización digital”, afirma.