3 de Julio, 2025
Este miércoles 3 de julio se realizó la ceremonia de entrega de galardones de este certamen, organizado por la Pastoral UC con el apoyo de las Vicerrectorías de Investigación y Asuntos Internacionales, además del Instituto de Éticas Aplicadas UC y el Centro de Bioética UC. La convocatoria instó a los académicos a postular proyectos de investigación o creación “por una tecnología al servicio de la dignidad humana” (Dignitas Infinita).
El llamado tuvo como objetivo invitar a pensar interdisciplinariamente la manera de relacionarse con las nuevas tecnologías y qué desafíos plantean estos tiempos y a proponer proyectos de investigación o creación en diálogo con la fe que respondieran al llamado que hiciera el Papa Francisco de “ensanchar la mirada y orientar la búsqueda técnico-científica hacia la consecución de la paz y del bien común, al servicio del desarrollo integral de hombre y de la comunidad” (mensaje del Papa Francisco para la 57 jornada mundial de la paz).
Una de las iniciativas adjudicadas y que fue reconocida este miércoles en dependencias de la Facultad de Medicina se titula “Hacia una IA Ética y Relacional: Promoviendo la Autonomía y Dignidad de Personas con Discapacidades Mentales o Cognitivas desde la Dignitas infinita” y está a cargo de Gabriela Arriagada Bruneau, académica IMC UC / Instituto de Éticas Aplicadas, investigadora del Centro Nacional de Inteligencia Artificial y docente de la Licenciatura en Ingeniería en Ciencia de Datos.
Gabriela Arriagada.
El objetivo del proyecto diseñado por Gabriela Arriagada es desarrollar un marco ético que guíe el diseño de soluciones de inteligencia artificial para “promover la autonomía y dignidad de personas con discapacidades cognitivas o mentales. En lugar de corregir o entrenar hacia un estándar de ‘normalidad’, se prioriza el respeto a sus modos únicos de existir, basados en su experiencia y derecho a la autonomía”. Se busca, por tanto, fomentar el bien común y generar entornos más justos y humanos, donde la inclusión sea un principio estructural de la convivencia social. “En este sentido, se responde al llamado del Papa Francisco quien subraya que ‘las tecnologías no pueden reemplazar el corazón humano ni la interacción genuina’ y que, a medida que el mundo digital avanza, debe fomentarse una ‘comunicación al servicio de la cultura del encuentro’”, plantea la iniciativa.
Por este motivo, se espera sensibilizar a la sociedad, fomentando la empatía hacia las personas con discapacidad: “No se trata solo de desarrollar tecnologías inclusivas, sino de educar para reconocer y valorar la singularidad de estas vivencias, promoviendo una integración basada en respeto y comprensión”. También se apunta a “generar un marco dual basado en la comprensión y la acción. Se espera entregar criterios éticos para el desarrollo de sistemas de IA que permitan transformar las dinámicas relacionales entre personas con y sin discapacidades. De este modo, la IA no se limitará a ser una herramienta de asistencia, sino que actuará como un catalizador para mejorar la empatía, el reconocimiento mutuo y el compromiso ético”.